Colombia presenta un cuadro de graves, sistemáticas y persistentes violaciones a los derechos humanos durante las últimas décadas, las cuales han estado acompañadas por una impunidad generalizada. Hasta el momento el aparato de justicia se ha revelado incapaz o carente de voluntad para avanzar en el esclarecimiento de los hechos, la sanción a los responsables y la reparación de las víctimas. Importantes esfuerzos se han adelantado desde la sociedad civil en la búsqueda de la justicia. El elevado número de violaciones y víctimas, ha desbordado la capacidad institucional de las ONGs y de los/as abogados/as que ejercen la labor de representación. El litigio estratégico ha permitido visibilidad e impacto para casos en los que el tiempo, los cambios en la legislación y la ausencia real de investigaciones, no han logrado justicia. Asimismo, es una alternativa de aprendizaje que permite prácticas más integrales en la gestión jurídica, alcanzando resultados significativos para el conjunto de la sociedad.
Francisco Lujan es un líder defensor de derechos humanos y de la madre tierra. Pertenece a la Asociación Los Bocachicos , filial del Movimiento Ríos Vivos, quienes desarrollan su trabajo de defensa de la vida y el territorio en el área de influencia del proyecto hidroeléctrico Hidruituango en el Norte del departamento de Antioquia.
Desde el municipio de Buenaventura nos comparten la importancia de este proceso de formación en derechos humanos con las comunidades rurales más afectadas por el conflicto social y armado, para las comunidades estos procesos aportan al reconocimiento de sus potencialidades y necesidades y, en cómo deben actuar para exigir garantías por parte del gobierno nacional
La lideresa social Luz Paola Espinosa perteneciente al Consejo Comunitario del Río Raposo, hace un llamado al gobierno nacional para que no se olvide de atender las necesidades de las comunidades que habitan las zonas rurales aledañas al río.
Jairo Guitia es educador del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC – nos habla sobre la importancia de una educación propia y apropiada desde y hacia los pueblos indígenas como un símbolo de resistencia al conflicto armado, en defensa de la vida y la permanencia en el territorio