Los hechos en cuestión tuvieron lugar en 2008. El coronel Diego Luis Villegas empezó su curso de ascenso en la Escuela Superior de Guerra en enero de este año, un mes después de que un juzgado de Medellín ordenara su detención.
Diego Luis Villegas Muñoz es un coronel que, una vez termine el Curso de Altos Estudios Militares, se convertirá en general de la República.Sus condecoraciones no han venido sólo del Ejército: en 2009, la Alcaldía de Medellín le otorgó la medalla al mérito cívico y participación ciudadana, categoría oro, por las labores realizadas “en pro de la seguridad y la convivencia en Medellín y el Valle de Aburrá”, y la Asamblea de Antioquia le dio la medalla al mérito cívico empresarial cuando Villegas Muñoz comandaba la Brigada Móvil Nº 25, que hace parte de la Fuerza de Tarea Nudo de Paramillo y tiene cuatro batallones contraguerrilla.
En enero de 2017, el coronel Villegas Muñoz comenzó el curso de altos estudios militares en la Escuela Superior de Guerra, con un detalle a cuestas: el 5 de diciembre de 2016 se había emitido una orden de captura en su contra por una investigación de ejecución extrajudicial. (Vea: «29 generales y coroneles, en la mira de la CPI por ejecuciones extrajudiciales»)
El propósito del fiscal de Medellín que le pidió a un juez que avalara la orden de captura era poder, por fin, imputarle cargos al oficial por homicidio en persona protegida, tráfico, fabricación o porte de armas y peculado por apropiación, es decir, hacerse a dineros públicos. El caso que tiene en aprietos a Villegas Muñoz se dio el 25 de marzo de 2008, cuando cinco hombres bajo su mando reportaron que en la vereda Palmitas, de Montebello (Antioquia), había muerto en combate un hombre llamado Omer Alcides Villada. Vecinos de la zona le contaron a la justicia que Villada era un agricultor que vivía en una finca con su abuela, callado y trabajador de la tierra. La mayor acusación en su contra era que le “faltaba espiritualidad”. No obstante, el Ejército sostenía que Villada hacía parte del frente 34 de las Farc, que atacó a un grupo de soldados y que, en el combate resultante de ese ataque, murió con una Smith & Wesson en su poder.
El 5 de abril de ese año, el coronel Villegas Muñoz, comandante entonces del batallón Pedro Nel Ospina, firmó el oficio 01325, en el que se solicitaba que, de los recursos de gastos reservados, se pagara $1’500.000 al informante Armando*, “quien dio información de bandas criminales en veredas Palmitas y Sierra Morena”. De esa información, señala la Fiscalía, surgió la operación Faraón y la misión táctica Mundial el 25 de marzo de 2008, y por esa operación murió Omer Alcides Villada. Después se elaboró el acta 040 del 14 de abril de 2008, en la cual se le daba a conocer al entonces comandante de la Cuarta Brigada —hoy de las Fuerzas Militares—, general Juan Pablo Rodríguez, el resultado de esa operación. En esa misma acta se registró el pago de la recompensa, que entregó el enlace de inteligencia de la Cuarta Brigada, el mayor Carlos Alberto Bautista, y para la cual dio el visto bueno el general Rodríguez. (Lea: «Las críticas a la Jurisdicción Especial de Paz»)
Hasta ahí todo parecía legal. Lo que la Fiscalía vino a descubrir después fue que la recompensa podría haber sido alterada. Armando, el informante, fue ubicado, y su testimonio distaba claramente de lo que había sostenido el Ejército. El hombre dijo bajo juramento que él nunca había sido informante del Ejército, que para 2008 vivía en un pueblo antioqueño que no era Montebello, que ni siquiera conocía gente de esa localidad. “Yo nunca he recibido un peso de gente del Ejército por darle información”, aseveró. Además explicó que la violencia los había desplazado a él y a su familia de su pueblo natal, Sonsón, porque la guerrilla los había amenazado y un mayor del Ejército los logró sacar en un camión. Dijo, incluso, que su hijo había prestado servicio militar en el mismo batallón que comandaba el oficial Villegas. Pero, aclaró, hasta ahí llegaba su relación con esa unidad castrense.
En el desarrollo de la investigación, la Fiscalía le pidió entonces al Ejército que certificara la información que había en contra de Omer Alcides Villada como integrante del frente 34 de las Farc. El jefe del Estado Mayor de la Cuarta Brigada, coronel Miguel Fernández, respondió: “El señor Omer Alcides Villada o alias Mamita no figura en los archivos de inteligencia del Comando de la Cuarta Brigada (…) es de aclarar que las personas integrantes de grupos armados ilegales cambian constantemente sus alias a fin de evitar ser identificados e individualizados y así evadir la acción de la justicia, por tal motivo la ubicación de una persona o alias dentro de una orden de batalla no quiere decir que no pertenezca a una organización terrorista”. La Policía también certificó que, además del recogimiento de su cadáver, sobre Omer Alcides Villada no existían más anotaciones.
Por toda esta historia la Fiscalía quiere imputarle cargos al coronel Diego Luis Villegas Muñoz, superior al tanto de las actuaciones del batallón Pedro Nel Ospina, quien dio también su visto bueno al pago del supuesto informante. En noviembre del año pasado el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, notificó que él figuraba en la lista de los 22 oficiales de las Fuerzas Militares (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) llamados a hacer curso de ascenso en la Escuela Superior de Guerra. Un mes después se expidió la orden de captura en su contra, pero nunca se cumplió. Villegas Muñoz, lo certificó el propio Ejército hace apenas un par de meses, continúa en la Escuela Superior de Guerra y su dirección registrada es el Cantón Norte.
Fuente: Diana Durán Núñez | El Espectador | AFP