El número 53 de la revista Noche y Niebla correspondiente al periodo enero – junio de 2016 recoge una amplia y preocupante cantidad de casos que muestran y llaman la atención sobre la «la brutalidad policial y militar, particularmente la incorregible criminalidad del ESMAD o Escuadrón Móvil Anti Disturbios. Acuden, por principio a disolver las protestas sociales, la inmensa mayoría de carácter pacífico, y hacen gala de los métodos más brutales. No escapan a ello los mismos funcionarios del Estado, como se evidenció en las protestas del sector judicial en las cuales no se respetó a funcionarias ancianas que fueron arrojadas violentamente al piso y despojadas de sus zapatos, ni a mujeres embarazadas o recién sometidas a delicadas cirugías. La Minga Agraria, Indígena, Étnica y Popular o el Paro Camionero, dieron ocasión de exhibir nuevamente sus métodos brutales de agresión. Las marchas estudiantiles e incluso las marchas por la paz, así como las manifestaciones sindicales, indígenas y campesinas arrojaron saldos de muertos y heridos que multiplican el dolor de patria, sobre todo cuando se mira en detalle el desarrollo de las agresiones y se comprende compasivamente la impotencia de quienes han salido a mendigar justicia arriesgando su propia seguridad y su propia vida y terminan conducidos en camillas ensangrentadas a los hospitales y clínicas o en humildes cajas de madera hacia los cementerios. Pero la brutalidad policial no respeta siquiera el trauma de los dolientes y acude con cámaras, vehículos de vidrios polarizados y armas amenazantes a merodear las ceremonias exequiales, como ocurrió en Madrid cuando despedían a Miguel Ángel Barbosa, o en Soacha, cuando la madre de Klaus Stiven Zapata identificaba el sitio de su martirio». Leer revista completa [PDF]
FUENTE: http://www.nocheyniebla.org/